jueves, 24 de octubre de 2013

DONAPEA

            El Centro Integrado Politécnico Donapea lleva más de 30 años en su actual emplazamiento, a las afueras de la ciudad y rodeado por el campus de la universidad privada del Opus Dei.

             El Opus Dei quería eliminar esa pequeña laguna en su inmenso campus y para ello alcanzó un acuerdo no sabe muy bien con quién ¿el gobierno, UPN, PSN? Según parece el gobierno cedería esa parcela pública a cambio de una irrisoria cantidad económica y el Opus Dei construiría tres centros de investigación. El señuelo para la opinión pública: esos tres centros de investigación supondrían 395 empleos en diez años. La justificación de “nuestros representantes”: las instalaciones del CIP Donapea son viejas y pequeñas y se construirá un campus de Formación Profesional para alojar al actual CIP Donapea y a la Escuela Sanitaria.

            Lo cierto es que pretendían ceder, a cambio de una miseria, la parcela al Opus Dei y planteaban construir un “campus” de FP en el antiguo Centro San José (una pequeña parcela en zona urbana, saturada de tráfico) que costaría tres o cuatro veces más de lo que recibiría por el CIP Donapea.

            El chanchullo es escandaloso. El profesorado del CIP Donapea lo ha rechazado desde el primer momento, y el alumnado también. No necesitan ir a ningún sitio, su centro está bien (todo es susceptible de mejorarse), la alternativa que se propone es ruinosa para las arcas públicas y esconde un pelotazo del Opus. La movilización social y el hecho de que el Gobierno de Navarra no disponga de una mayoría parlamentaria que lo sostenga han puesto en peligro el PSIS (plan sectorial de incidencia supramunicipal) que sustentaba la operación y el rector de la Universidad de Navarra, Alfonso Sánchez-Tabernero ha hecho pública hoy la decisión de rescindir el convenio sobre el proyecto Donapea.

            Durante meses tanto el Gobierno de Navarra como la propia Universidad nos han estado diciendo que los acuerdos están para ser cumplidos y ahora, con una flema admirable renuncian para “contribuir a la recuperación de la concordia, que es el contexto adecuado para impulsar cualquier proyecto en el ámbito de la educación y la investigación".
 
            Me alegro, me alegro de la rescisión, porque de momento salva al CIP Donapea. Y digo de momento porque no creo que el Opus desista de su objetivo, de hecho ya dice que es para “recuperar la concordia” que requiere cualquier proyecto…  Pero además, quiero hacer una reflexión sobre esa rescisión.

            Cada vez que una administración pública tiene que rescindir un contrato paga cuantiosas indemnizaciones (el estado tendrá que indemnizar a la empresa del proyecto Castor si finalmente se paraliza, aún cuando los terremotos en Tarragona sean causados por la actividad del proyecto; el Departamento de Salud tendría que indemnizar a Mediterránea de Catering si rescindiese la adjudicación a pesar del pésimo servicio que prestan) y evitar pagarlas es un argumento para mantener el acuerdo, nefasto para los intereses públicos, que se cuestiona. Sin embargo ahora, va el Opus Dei y, unilateralmente, decide la rescisión de ese acuerdo que tan discretamente firmaron y eso no conlleva indemnización alguna. Parafraseando el latiguillo de los casinos “el Opus siempre gana”.

           

           

jueves, 10 de octubre de 2013

ALGO HAY QUE HACER

            “Algo hay que hacer”. Es el mensaje-fuerza que tratan de transmitirnos desde el Ministerio de Educación para que nos traguemos su Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE). Esgrimen el Informe Pisa según los cuales los resultados del sistema educativo son muy malos y en consecuencia algo hay que hacer. Esa conclusión que parece de sentido común y probablemente sea el primer pensamiento que le acuda a la cabeza a cualquiera que le mencionen los análisis comparativos sobre los resultados de los sistemas educativos de cada país, deja de ser razonable cuando lo argumenta un gobierno que ya ha preparado un proyecto de ley que pretende reformar el sistema educativo.

            Ese gobierno no puede decir “ALGO hay que hacer” ese gobierno debería decir: ”ESTO es lo que no hay que hacer”. Pero que el Ministerio y el partido en cuya mayoría se sustenta digan “algo hay que hacer” y que la oposición, amplia y diversa (oposición parlamentaria, comunidad educativa –profesorado y familias-, incluso gobiernos autonómicos), no ha presentado propuestas alternativas de lo cual se deduce que quieren que el sistema siga tan mal como hasta ahora, es cobarde por no presentar y defender su propia iniciativa y falaz por pretender que no han presentado propuestas cuando con su mayoría absoluta y absolutista están dispuestos a arrasar cualquier iniciativa ajena.

            Hoy se ha debatido en el Congreso de los Diputados y tras su pase por el Senado quedará aprobada esta nueva ley que se resume en:

            Una reforma orientada por su ideología nacionalista (española) y centralizadora, por su confesionalidad con la Iglesia Católica y por sus intereses de clase (clase hegemónica burguesa).

            Una reforma que pretende seleccionar y prescindir de cierto alumnado con revalidas. Una reforma que establecerá diversos itinerarios dirigiendo al alumnado procedente de clases altas a la universidad y al de clase obrera a la Formación Profesional. Una reforma que prioriza conocimientos instrumentales y técnicos aprovechables por las empresas frente a las disciplinas humanísticas.  Una reforma centralista que pretende uniformizar los conocimientos y materias en todo el territorio aumentando las materias comunes, impartidas en castellano y en detrimento de las lenguas co-oficiales.

lunes, 16 de septiembre de 2013

UNA MAYORÍA SILENCIOSA


No es la primera vez que desde el gobierno aluden a una gran mayoría silenciosa. Lo ha hecho esta semana la portavoz del gobierno Soraya Sáenz de Santamaría tras la gran manifestación de voluntad independentista llamada Via Catalana y lo hizo hace un año el Presidente Mariano Rajoy, desde Nueva York y con un purazo en la boca. Una mayoría silenciosa que tiene derecho a que velemos por sus libertades y también por sus opiniones, según afirma Sáenz de Santamaría. Aunque, obviamente, la determinación de sus opiniones es bastante difícil puesto en silencio las opiniones no se expresa; en cuánto a sus libertades las mismas que las de quienes sí se manifiestan.


            Por supuesto, siempre habrá más personas que en un determinado momento y lugar no se manifiesten por razones al menos físicas, pero considerar que una determinada postura política no tiene más adeptos que quienes expresamente lo manifiestan con una firma o una presencia física es una burda ocultación de la realidad. Casi tan burda como pretender que quienes no se manifiestan, esa mayoría silenciosa, respalda al Gobierno.


            La Via Catalana ha sacado a la calle a 1,6 millones de personas, quizá no tantos; muchísimas en cualquier caso en contra han salido unas 200 congregadas en un mitin por Alicia Sánchez Camacho y una docena de ultraderechistas que asaltaron una librería en Madrid en la que se estaba desarrollando un acto por la soberanía de Catalunya. Ese es el rechazo expreso al independentismo catalán. Las mayorías silenciosas, mientras lo son, ni apoyan ni rechazan nada. Por mucho que Soraya Sáenz de Santamaría se esfuerce en hacernos creer que ella es la voz de los sin voz.

lunes, 22 de julio de 2013

Tormenta de verano


Ayer hizo calor, mucho calor. A media tarde, mientras volvía a casa en bici, el sol caía con fuerza, casi con tanta fuerza como de la lluvia que caería tres horas más tarde.

A las ocho de la tarde se levantó una ventolera considerable, parecía que los toldos de las ventanas iban a salir volando como la cometa de un niño al que se le hubiera escapado el hilo. Cinco minutos después el viento dejó paso a los truenos y, en seguida, empezó a llover. Empezaron a caer unos cuantos goterones, despacio, como esperando a que la gente se refugiara; al poco la lluvia arreció. Se levantó ese agradable olor de las tormentas de verano, luego granizó, no mucho, bolas chiquitinas, como perlas de un collar que se rompiera; más truenos y riachuelos de agua recorriendo las calles hasta desembocar en el sumidero más cercano.

Ayer llovió cuánto quiso. No fue mucho, apenas media hora, lo suficiente para refrescar el ambiente y aliviarnos del calor. Ayer llovió cómo quiso. En todas las direcciones, se me mojaron los cristales de todas las ventanas, los del patio, los de la fachada, los del lateral.

Fue una hermosa tormenta. Los coches dejaron de circular y yo interrumpí mi lectura para ver llover. Fue el mejor acontecimiento del día. Digno de interrumpir una lectura y de hacer una breve reseña escrita.

jueves, 2 de mayo de 2013

Morir en el tajo


Más de cuatrocientas trabajadoras muertas en el derrumbe de un edificio de talleres textiles en Bangladesh. Escribo trabajadoras porque principalmente son mujeres las que trabajan en esta actividad y en estas condiciones.


Las cifras de muertos no conmueven en función de su magnitud sino en función inversamente proporcional a la distancia en que se produzcan de nuestras casas. Bangladesh queda muy lejos y la noticia apenas ha tenido transcendencia en los medios de comunicación occidentales. Sin embargo, tenemos una relación muy directa con Bangladesh, basta con revisar nuestros roperos para percatarnos de que no pocas prendas vienen de aquel país. Ropa barata unas veces y cara otras, pero siempre fabricada en condiciones infrahumanas. Hacinamiento, jornadas extenuantes y coacciones al sindicalismo. En Bangladesh es una democracia parlamentaria, pero podría estar gobernado por una Junta Militar, como hasta antes de ayer en Myanmar. Los capitalistas occidentales no tienen escrúpulos. Allí se produce barato y, en un mundo globalizado y sin aranceles, aquí se puede vender con gran beneficio. No hay ni que pagar impuestos, basta con interponer una sociedad pantalla domiciliada en un paraíso fiscal para no pagar apenas en origen ni en destino.


Ahora, con los muertos (con las muertas), todavía calientes dicen que revisarán las condiciones de vida y de trabajo de estas personas (de estas ya no). Pero aquí deberíamos tomar medidas, como individuos, como personas y consumir responsablemente: no mirar en la etiqueta el precio de una prenda sino el país de origen; y no comprar nada fabricado a miles de kilómetros, fabricado en condiciones de semi esclavitud y con una importante huella ecológica en forma de emisiones contaminantes con efecto invernadero durante su transporte. A la clase trabajadora en occidente llevan años reduciéndonos el salario real, pero no nos damos cuenta porque nos sigue llegando para comprar ropa cada temporada. Ropa fabricada en régimen de semi esclavitud. No sé si queda alguna fábrica textil en nuestro país o sólo importadores, pero en nuestra mano está combatir esta situación podemos no comprar ropa de importación. Podemos buscar ropa fabricada en nuestro país. Podemos, incluso, hacernos nuestra propia ropa. Recuerdo que de niño mi madre me hacía los jerseys. Íbamos a la tienda de lanas y elegíamos la lana, el color, el punto… nadie te marcaba la moda. Había pantaloneras, había camiseras. Todavía podemos quedan madres que saben hacer punto e hijos que podemos aprender a hacerlo. Y se pueden hacer pequeños talleres, casi artesanos, sin apenas inversión. ¿Qué preferimos que Amancio Ortega sea el tercer hombre más rico del mundo?
 

Esta vez ha sido una fábrica textil, pero podría haber sido de calzado, de balones o de conservas de atún en Ecuador, de piña de Costa Rica o de cualquier producto de alimentación porque ya no producimos casi nada. Hemos perdido nuestra soberanía alimentaria. No producimos ni un 5% de lo que comemos, ni de lo que vestimos, ni los juguetes que compramos a nuestras hijas e hijos, ni… Nos creemos ricos porque tenemos acceso a cierto nivel de consumo pero no hacemos sino contribuir, como consumidores, a la explotación de trabajadores y trabajadoras de lejanos países por capitalistas que, ¡valiente satisfacción!, son compatriotas nuestros. ¿Qué diferencia hay entre Astore, Quechua, Ternua, Adidas o Nike? ¿Cuál entre El Corte Inglés, Inditex, Primark o Carrefour?
           

Dejemos de importar, dejemos de comprar lo que han importado para nosotros, que se les quede en sus anaqueles. Que nadie piense que así condenamos a esos pueblos. Esos pueblos no viven de nuestras migajas; mueren, por nuestras migajas. Hace ya decenas de años que fueron arruinados los pueblos a los que se impuso un monocultivo, da igual plátano, cacao, café, o ropa. Toda la producción se exporta, barata y no pueden comprar  lo que necesitan para vivir, que es todo lo demás pues sólo producen plátanos, café o cacao y con eso nadie se viste y quienes confeccionan ropa no pueden comérsela.
 
Que la muerte de estas trabajadoras, en vísperas del día internacional de las y los trabajadores, sirva para que dejemos de comprar su ropa. Será el mejor tributo que podamos ofrecerles.

lunes, 22 de abril de 2013

LEVIATÁN


            Esta mañana he escuchado una reflexión de Iñaki Gabilondo sobre las diferencias entre la reacción de EE.UU. y España en relación al terrorismo. Según parece han surgido comparaciones entre la reacción de la ciudadanía estadounidense ante la clausura de una ciudad para dar caza a un terrorista tal y como se ha hecho en EE.UU. y el hipotético rechazo que en España hubiera generado una situación similar. Iñaki Gabilondo, desde su pretendida autoridad moral y competencia profesional, lo lamenta, como lamenta que a dos funcionarios de policía “que se han pasado la vida luchando contra el terrorismo” se les impute por colaboración con banda armada. Que sucediera eso en EE.UU. también le parece inimaginable y marca las diferencias entre un país y otro.
     
            Yo, por mi parte, creo que nada tenemos que aprender del “país de las libertades y de la democracia”. El estado de derecho supone que hay un ordenamiento jurídico al que están sujetos no sólo la ciudadanía sino también las autoridades. Las garantías del ciudadano ante la ley (penal) empiezan por la presunción de inocencia, el derecho a un juicio justo, sin dilaciones indebidas, por el juez natural (vamos, nada de tribunales políticos como la Audiencia Nacional) y el derecho de asistencia letrada, por un abogado de oficio si el detenido no designa uno y a justicia gratuita si no dispone de medios.

            Ayer mismo oí en las noticias como, con total naturalidad, se decía que el detenido (por el atentado de Boston) “no tendrá derecho de defensa por ser un caso de seguridad nacional”… por cierto, qué juez decide qué o quién afecta a la seguridad nacional y por tanto se juzgará sin derecho a la defensa, ¡ah! que no lo decide ningún juez, que es la propia administración quién lo decide; la misma que detiene e interroga, la misma que acusa. No parece que le vaya a resultar muy difícil el caso al fiscal. Cierto es que esto (dejar sin derecho de defensa a un detenido) es perfectamente coherente con perseguir y asesinar disidentes y/o “enemigos” de la nacionalidad que sean, en cualquier parte del mundo, pero eso no quita para que nos escandalicemos y denunciemos públicamente la hipocresía del país que se dedica a “exportar la democracia” por todo el mundo.

            En ocasiones se han anulado condenas por haber recaído en juicios sin las debidas garantías procesales. El riesgo de que alguien sea juzgado en esas circunstancias es uno de los criterios comúnmente admitidos para considerar antidemocrático un determinado régimen.  Aunque ese criterio no parece regir para EE.UU. El país que se presenta como modelo del liberalismo y del respeto al individuo se está revelando como el auténtico Leviatán que todo lo puede, y lo puede por encima de las personas y de las instituciones y de los principios.

 

martes, 9 de abril de 2013

Barkos vs Barcina


            Ayer me desayuné con un notición que Diario de Navarra colocó en su portada. Afirmaba el rotativo que la diputada Barkos pidió en el Parlamento español una subvención de 150.000 euros para una empresa de la que es accionista. Feo, feo, suena muy feo. Paso al cuerpo de la noticia y se me salta la risa. Uxue Barkos aportó 1.200 euros a Euskalherria Irratia.

            Esta emisora de radio, la única en euskera de toda Iruñerria, lleva treinta años funcionando sin ninguna subvención. Se le ha negado repetidamente la licencia en diversos concursos más que cuestionados tanto en la redacción de las bases y baremo como en la aplicación del mismo y la resolución.

            Evidentemente Euskalherria Irratia no es una empresa que reparta dividendos entre sus “accionistas”. Esa compra de acciones más bien parece una aportación a fondo perdido, una cotización como las que se hacen a cualquier asociación, sindicato u ONG, para posibilitar su funcionamiento. Euskal Herria Irratia es más ONG que cualquier ONG ya que no recibe subvenciones públicas y muchísimas ONG sí (de diferente cuantía, claro, depende de cuán cercanas estén al gobierno: FAES, Fundación Ideas...)

            Diario de Navarra ha hecho un perfecto ridículo en su afán por proteger a la Presidenta del Gobierno, Yolanda Barcina, que no ha sido imputada en el caso de la dietas de la CAN por ser aforada. Este sí es un escándalo mayúsculo. El pasado sábado miles de personas nos manifestamos por las calles de Iruñea pidiendo su dimisión. Yolanda Barcina, siendo miembro del Consejo de Administración de CAN, de la Junta de Entidades Fundadoras de CAN y de la quasi clandestina Comisión Permanente de la CAN (órgano desconocido en el Consejo de Administración de la CAN y que sólo contaba con cuatro miembros que cobraban del orden de 6.000 euros por sesión en concepto de dietas). Yolanda Barcina se subió el sueldo de Presidenta del Gobierno un 33% cuando decidieron eliminar la Comisión Permanente de la CAN y en consecuencia sus dietas, semanas después de haber saltado el escándalo a la prensa; este episodio coincidió con una congelación salarial del funcionariado, después llegó la supresión de la paga de Navidad. Yolanda Barcina, tras cesar como alcaldesa y ser elegida parlamentaria pidió reincorporarse a su plaza de funcionaria en la Universidad Pública de Navarra para cobrar durante el tiempo que transcurrió entre el cese de alcaldesa y la toma de posesión en el nuevo cargo (algo más de dos semanas, en verano, cuando ni siquiera iba a tener que pisar el centro).

            Yolanda Barcina, la amiga de las fotos, la inauguradora de todo lo construido y por construir, lleva una semana (la que ha pasado desde la imputación de sus compañeros de órgano asesor, supervisor o como quiera que lo denominaran en sus, también desconocidos estatutos, de la CAN) escondida, y varios meses desaparecida en su acción de gobierno que se limita a aprobar decretos preparados por los titulares de los diversos Departamentos con la esperanza de salvar su imagen aunque sea a costa de estos. Ahora, Diario de Navarra se apresta a echarle un capote insinuando comportamientos irregulares en la oposición, pero la gente tiene esta pendiente del futuro inmediato de los dirigentes de su partido favorito, UPN.