martes, 20 de diciembre de 2011

HIPÓCRITAS

            El premio de está semana a la hipocresía tiene nombre, apellidos y siglas: Juan José Lizarbe Baztán, PSN.
            El portavoz  del grupo parlamentario del PSN ha presentado una enmienda a una resolución de Bildu en la que se pide al Gobierno central que flexibilice la política penitenciaria y acabe con la dispersión de los presos de ETA, cosa que me parece muy bien. El enorme ejercicio de hipocresía reside en haber esperado precisamente hasta la víspera de la investidura del próximo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (PP). Supongo que no le pareció oportuno hacerlo hace una semana, con el gobierno en funciones, o hace un mes, en campaña electoral o hace dos con la encuestas preelectorales en contra y mucho menos antes de que ETA anunciara el cese definitivo de sus acciones armadas; aunque de facto, estas habían cesado mucho antes.
            Por si alguien considera que el criterio de oportunidad o conveniencia política justifica este tardío pronunciamiento del PSN y su otrora secretario general por el fin de la dispersión de los presos. Ahí va otro muestra de hipocresía de la misma comparecencia pública.
            Ha dicho el sr. Lizarbe que tanto desde un punto de vista jurídico, que por cierto es el único que debe considerarse, como político están en contra de la decisión tomada por la Mesa del Congreso de los Diputados de no permitir a Amaiur constituir grupo parlamentario propio. Tal vez, al sr. Lizarbe le parezca un error político esta decisión, pero este error “político”, este atropello desde el punto de visto jurídico, y esto lo digo yo, no el sr. Lizarbe no lo comete sólo el PP sino también el PSOE, ya que sus compañeros de partido y miembros de la Mesa Javier Barrero, Carmela Silva y Teresa Cunillera i Mestres no han votado en sentido contrario. Sencillamente, se han abstenido.  
            La hipocresía de este hombre y de todo su partido me ha recordado aquella consideración que alguien hizo de la diplomacia británica: “son capaces de acuchillar a un hombre por la espalda y luego acudir a su funeral”.

viernes, 9 de diciembre de 2011

EL CIUDADANO URDANGARIN

           Hace unas semanas el marido de la Infanta Cristina, Iñaki Urdangarin saltó a las primeras páginas de prensa. Según parece, Iñaki Urdangarin y su socio han estado cobrando importantes cantidades por supuestos servicios que prestaba el Instituto Nóos que es una institución sin ánimo de lucro, y lo ha hecho usando el nombre de la Casa Real y de su esposa la Infanta que también pertenece a la Junta Directiva del citado Instituto. El asunto tiene enjundia y la prensa a diario añade nuevos datos. La justicia ha tomado cartas en el asunto y está investigando. Pero todavía no se ha imputado a Iñaki Urdangarin de nada, y es aquí cuando aparece el exfiscal de la Audiencia Nacional, Ignacio Gordillo afirmando que se encuentra en una situación de absoluta indefensión.
            Según el señor Gordillo se han infringido derechos fundamentales de la persona como son el derecho al honor, el secreto de las comunicaciones… También el derecho a una defensa efectiva ya que el marido de la Infanta no ha sido oído, ni citado, ni informado de la acusación. Y todo ello podría viciar de nulidad el procedimiento. 
            Me da la impresión que una nulidad del procedimiento es lo que menos le importa al señor Gordillo. Más preocupado parece estar por la supuesta vulneración de los mencionados derechos fundamentales del yerno del Rey y sobre todo, por cómo afecte a la Casa Real este caso de posible corrupción.
            Pero la supuesta indefensión de Urdangarin no es tal. Por una parte está la actuación de la justicia y por otro la de la prensa. La policía y la fiscalía están investigando, y si no hay acusación no hay de qué informarle. Cuando llegué la imputación ya tendrá ocasión de ser oído, será informado de qué se le acusa y podrá nombrar abogado. 
               En cuanto al supuesto linchamiento mediático al que se está viendo sometido, no tendría porqué ser así si él no quisiera. Estoy seguro de que todos los periódicos que están informando del caso publicarían gustosos cualquier comunicación que Urdangarin les hiciera llegar al respecto. Acudirían a cualquier rueda de prensa que tuviera a bien convocar y le cederían el espacio que precisase para aclarar la situación. Iñaki Urdangarin, que no es un ciudadano normal y corriente (procede de una, más que acomodada, familia burguesa, fue deportista de élite y está casado con la Infanta Cristina) también podría responder con una querella contra esos periodistas que, según el señor Gordillo, están atentando contra su honor.
            En fin, que me muero de pena por la situación que atraviesa el ciudadano Urdangarin. Ese moderno Josef K del que Franz Kafka nos habló en su magistral “El proceso”.
           

lunes, 5 de diciembre de 2011

UNA MALA NOTICIA

            Así la han presentado esta mañana en las noticias radiofónicas. Una mala noticia, la producción de coches cayó el pasado mes de noviembre un 6,4% en relación al mismo mes de 2010, y ya van 16 meses de retrocesos consecutivos. En lo que va de año el acumulado de ventas es un 18,8% menor que el año pasado, lo que supone la menor cantidad desde 1993.
            Pero realmente, ¿es esto una mala noticia?
            En 2008 en el estado español circulaban ya 31,04 millones de vehículos. Un 20% más que cinco años antes y 10 millones más que en 1998. Eso era “antesdeayer” mismo. En 1998 ya estabamos en la Unión Europea, estaba a punto de nacer el euro, existía internet,  había una amplia red de autopistas, autovías y carreteras, las empresas se habían establecido en polígonos industriales, fuera de las ciudades y cualquier joven se compraba un coche “para poder ir a trabajar”. Vamos que 1998, no era la prehistoria precisamente. Y sin embargo, en un país que no estaba en vías de crecimiento, el incremento del parque automovilístico durante esos diez años fue un 45,7%.
            Hoy somos 47 millones de personas. Recientemente ha habido elecciones y el censo electoral (se excluye a menores de edad e incapacitados) era de 34 millones de personas.  Eso supone que, si descontamos los mayores de… digamos 80-85 años que poco a poco van dejando de conducir, todo el mundo tiene un coche. Todo el que tiene carnet de conducir tiene coche propio. Pero un coche no es un objeto personal como un cepillo de dientes o una máquina de afeitar. Un coche pueden conducirlo varias personas (no simultáneamente) y no digamos viajar en él. Un coche está concebido para trasladar a cinco personas, sin embargo la mayoría de los desplazamientos se hacen con una sola persona (el uso medio es de 1,3 personas por coche) algo aberrante. Utilizar una máquina que puede trasladar a cinco personas y hace un gasto energético suficiente para desplazar 1.000-1.500 kg que pesa cualquier coche para el transporte de una sola persona es aberrante.
            Paralelamente a ese desmesurado aumento del parque móvil, el tráfico en las ciudades ha ido perdiendo fluidez hasta congestionarse. Los atascos son cotidianos, el acceso a las grandes ciudades ha requerido costosas obras para desdoblar carriles y aumentar la capacidad. La polución aumenta día a día. Las posibilidades de aparcar en las ciudades se acercan a 0, a pesar de haberse establecido sistemas de pago en las calles. ¿Cuántos más coches quieren fabricar y vendernos? Cómo ya tiene coche todo el mundo para seguir vendiendo tienen que hacernos cambiar de coche cuanto antes. Sería interesante averiguar cual es la vida media de un turismo, cuánto se ha acortado la vida de un coche. Y cuántos coches en buen estado de uso se achatarran (incluso con subvenciones públicas) para que su propietario compre otro y la industria automovilística siga fabricando y obteniendo beneficios. Achatarrar un coche no sale gratis. Me refiero desde un punto de vista medioambiental. Es una buena contribución individual a la “huella ecológica”. Una persona que conduzca durante 50 años si cambia de coche cada 10 años habrá achatarrado 5 coches pero si cambia cada 6 llevará a la chatarra 8.
            Creo sinceramente que deberíamos decirles a los constructores de coches: ya basta de producir y de inducir una demanda artificial. Creo que todos deberíamos estirar un añito más la vida prevista para nuestro coche. E incluso, pensar seriamente en retirarlo sin sustituirlo por otro. Aunque parezca imposible, se puede vivir sin coche propio.