martes, 24 de julio de 2012

Un gobierno de ineptos y de malvados

            Un hombre solo. Hablo de Rajoy, Presidente del Gobierno de España, que no cuenta con más apoyo que el de el gobierno que preside y su propio grupo parlamentario. No puede pretender que le apoyan nueve millones de votantes porque desde el 20 de noviembre en que se celebraron las elecciones y hoy ha tomado innumerables decisiones que no estaban contempladas en su programa electoral; incluso, decisiones que expresamente había dicho que no tomaría.
            El último “paquete de medidas” incluye la subida del IVA en tres puntos, del 18 al 21%. Esto es un atentado a las clases trabajadoras que no tienen capacidad de ahorro, que tienen que gastar todos sus ingresos y en consecuencia todos sus ingresos quedan gravados por este impuesto. Que el Ministro de Hacienda, señor Montoro, diga que como hay mucho fraude no queda más remedio que subir el IVA, evidencia su mala gestión por incapacidad o por negligencia.
            La supresión de la paga extra de Navidad del funcionariado es un auténtico robo. Hasta ahora ha habido congelaciones y bajadas salariales. Decisiones injustas, a veces maquilladas con una negociación sindical. Pero ahora, suprimir la paga de Navidad, que no es sino salario diferido y para el que los funcionarios ya vienen trabajando desde el 1 de julio es un robo. Es dejar de pagar un trabajo ya realizado. Una rebaja salarial sin negociación, sin acuerdo y con efectos retroactivos.
            También se han acordado de los trabajadores y trabajadoras desempleados. Cinco millones de personas a las que quieren animar a buscar empleo (Rajoy dixit) rebajándoles la cuantía de su prestación del 60 al 50% de la base reguladora. Para quien este cobrando 600 euros mensuales supone pasar a cobrar 500. Un 16,66% menos. Una canallada, pretender que una persona, o una familia entera, viva con 500 euros mensuales y que quien lo decida cobre diez veces más.
            Además, de facto, se cargan la Ley de Dependencia por falta de financiación pública. El Gobierno de Rajoy abandona a las personas dependientes y, de paso, una fórmula perfectamente válida para la creación de empleo. Mucho empleo. Con cinco millones de personas desempleadas. Y lo que se les ocurre para crear empleo es una brutal ampliación de horarios comerciales. Cómo si la gente no comprara por no tener tiempo para ir a comprar. Vamos a ir a comprar con la paga extra robada a los funcionarios y con los 100 euros mensuales de menos que van a tener los desempleados. Por cierto, ¿decía usted algo de conciliación de la vida laboral y familiar, señor Rajoy?
           
           

jueves, 12 de julio de 2012

Rajoy, un hombre sin palabra


Ayer el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, presentó ante el Congreso de los Diputados un nuevo plan de ajuste y recortes. La, oficiosamente ya anunciada subida del IVA ha sido de 3 puntos en el tipo general y 2 el reducido (del 8% al 10%). Esto ya se ha convertido en una táctica: nos filtran las intenciones del ejecutivo, vamos hablando de ellas, pero como sólo son suposiciones nuestra reprimimos nuestra irritación a la vez que nos vamos haciendo a la idea y luego presentan la medida adoptada que es más grave que la que esperábamos. Del IVA nos habían insinuado que subirían al 20%, pues bien, han subido al 21%. El ataque al funcionariado también estaba cantado. La concreción del mismo: se le birla una paga extra, además de unos días de asuntos propios. La atención a personas dependientes va camino de desaparecer porque se reduce la financiación de la misma. También se rebajan las prestaciones de desempleo a partir del sexto mes se reduce el porcentaje de la misma, del 60% al 50%. Dice Rajoy para “animar la búsqueda de empleo”. Lo mismo podía haber dicho para encabronarla. Siguen con la ficción de que el que no trabaja es porque no quiere. Podrían suprimir la prestación y la gente seguiría sin encontrar empleo porque no hay trabajo. Y no hay trabajo porque con su obcecación en el recorte del Gasto Social no deja de deprimir la economía.

Vi un rato la intervención de Rajoy en la tribuna de oradores. No es patético como Rubalcaba, que se presenta como un pobre hombre, con la cabeza hundida entre los hombros y tartamudeando al iniciar sus alegaciones, quizá para parecer más cercano al ciudadano medio. Me indigna su desfachatez. Sabe que todo el mundo se ha dado cuenta de las contradicciones entre su programa y su campaña electorales y su acción de gobierno; así que no la niega sino que finge estar afligido por las decisiones que él mismo está tomando y las justifica en que no hay más remedio. Falso, falso y cobarde. Siempre hay capacidad de optar. Y él ha elegido. Elige subir el IVA que, como impuesto directo, afecta a toda la sociedad, pero no en la misma medida. Un impuesto al consumo afecta a quien no tiene capacidad de ahorro a quien tiene que gastar todos sus exiguos ingresos. Elige no grabar a las grandes fortunas. Elige bajar el sueldo al funcionariado para reducir el gasto y no perseguir el fraude fiscal para aumentar los ingresos. Elige reducir las prestaciones de desempleo y rescatar a la banca.

Por último, dice que actúa de buena fe, que hace lo que cree mejor para el interés general y vuelve a mentir. Esto es lucha de clases. El actúa en interés de los grandes capitalistas, de la banca, de quienes van a comprar en rebajas la Renfe o las instalaciones aeroportuarias y en perjuicio de la mayoría social, desde los excluidos sociales, dependientes, parados de larga duración, hasta las clases medias incluyendo al funcionariado, que no son unos cuantos enchufados sino cientos de personas que han accedido a un puesto en la administración mediante oposición y cobran poco más de 1.000 euros, o ahora mismo los mineros del carbón a quienes pretende dejar en la estacada. Lucha de clases. Ellos ya nos están atacando ¿responderemos nosotros?

viernes, 6 de julio de 2012

El barómetro del CIS

“La banca es ya una de las grandes preocupaciones de los ciudadanos” es un titular de la prensa de hoy. El barómetro de opinión del CIS concluye que la banca se ha instalado como preocupación para la ciudadanía. En realidad, el sentimiento de la ciudadanía hacía la banca es más que preocupación de animadversión. Pero no hablaré de la banca hoy, sino del CIS, el Centro de Investigaciones Sociológicas y sus “barómetros de opinión”. A mí nunca me ha hecho una encuesta para sus estudios. Imagino una operadora que pregunta:

-¿Cuál es la mayor de sus preocupaciones?

-La paz en el mundo, y el hambre.

-Lo siento mucho, señor. Esa respuesta no es válida.

-¿Cómo que no es válida? si es lo que más me preocupa.

-Me temo que no esta entre las respuestas posibles. Puede decir: el paro, el terrorismo, la inseguridad ciudadana… también está en la lista la inmigración.

Debe ser algo así como las encuestas preelectorales:

-¿A quién va a votar a Rajoy o a Rubalcaba?

-A ninguno de los dos.

-O sea, que se va a abstener.

-No pienso abstenerme.

-Entonces tiene que elegir. Rajoy o Rubalcaba.

Si el CIS o los políticos profesionales quisieran saber lo que piensa el pueblo no nos dirían: “elija usted”. No harían un programa de televisión llamado “tengo una pregunta para usted” en el que tomando una pregunta como pretexto nos sueltan un discurso. Si quisieran saber lo que pensamos se sentarían en una silla y dirían dénme sus respuestas… La única pregunta es: “que quiere usted que yo haga”, y la tiene que formular ellos y explayarnos en la respuesta nosotros, el pueblo.

El barómetro de opinión del CIS, como las encuestas electorales y los sondeos de opinión no están orientados a conocer nuestra opinión sino a crear opinión. Ellos nos dicen lo que tenemos que pensar, lo que nos debe preocupar. Luego nosotros lo ratificando marcando el aspa en la casilla correspondiente o calificando “de cero a cinco, siendo cero la mayor desafección y cinco el mayor grado de identificación”.

La última reflexión es ¿quién es el CIS? ¿quién es su Director General?. Vamos ¿Quién está detrás del CIS y de las encuestas que luego se difunden por todos los medios de comunicación? Pues eso.