lunes, 16 de septiembre de 2013

UNA MAYORÍA SILENCIOSA


No es la primera vez que desde el gobierno aluden a una gran mayoría silenciosa. Lo ha hecho esta semana la portavoz del gobierno Soraya Sáenz de Santamaría tras la gran manifestación de voluntad independentista llamada Via Catalana y lo hizo hace un año el Presidente Mariano Rajoy, desde Nueva York y con un purazo en la boca. Una mayoría silenciosa que tiene derecho a que velemos por sus libertades y también por sus opiniones, según afirma Sáenz de Santamaría. Aunque, obviamente, la determinación de sus opiniones es bastante difícil puesto en silencio las opiniones no se expresa; en cuánto a sus libertades las mismas que las de quienes sí se manifiestan.


            Por supuesto, siempre habrá más personas que en un determinado momento y lugar no se manifiesten por razones al menos físicas, pero considerar que una determinada postura política no tiene más adeptos que quienes expresamente lo manifiestan con una firma o una presencia física es una burda ocultación de la realidad. Casi tan burda como pretender que quienes no se manifiestan, esa mayoría silenciosa, respalda al Gobierno.


            La Via Catalana ha sacado a la calle a 1,6 millones de personas, quizá no tantos; muchísimas en cualquier caso en contra han salido unas 200 congregadas en un mitin por Alicia Sánchez Camacho y una docena de ultraderechistas que asaltaron una librería en Madrid en la que se estaba desarrollando un acto por la soberanía de Catalunya. Ese es el rechazo expreso al independentismo catalán. Las mayorías silenciosas, mientras lo son, ni apoyan ni rechazan nada. Por mucho que Soraya Sáenz de Santamaría se esfuerce en hacernos creer que ella es la voz de los sin voz.