lunes, 5 de diciembre de 2011

UNA MALA NOTICIA

            Así la han presentado esta mañana en las noticias radiofónicas. Una mala noticia, la producción de coches cayó el pasado mes de noviembre un 6,4% en relación al mismo mes de 2010, y ya van 16 meses de retrocesos consecutivos. En lo que va de año el acumulado de ventas es un 18,8% menor que el año pasado, lo que supone la menor cantidad desde 1993.
            Pero realmente, ¿es esto una mala noticia?
            En 2008 en el estado español circulaban ya 31,04 millones de vehículos. Un 20% más que cinco años antes y 10 millones más que en 1998. Eso era “antesdeayer” mismo. En 1998 ya estabamos en la Unión Europea, estaba a punto de nacer el euro, existía internet,  había una amplia red de autopistas, autovías y carreteras, las empresas se habían establecido en polígonos industriales, fuera de las ciudades y cualquier joven se compraba un coche “para poder ir a trabajar”. Vamos que 1998, no era la prehistoria precisamente. Y sin embargo, en un país que no estaba en vías de crecimiento, el incremento del parque automovilístico durante esos diez años fue un 45,7%.
            Hoy somos 47 millones de personas. Recientemente ha habido elecciones y el censo electoral (se excluye a menores de edad e incapacitados) era de 34 millones de personas.  Eso supone que, si descontamos los mayores de… digamos 80-85 años que poco a poco van dejando de conducir, todo el mundo tiene un coche. Todo el que tiene carnet de conducir tiene coche propio. Pero un coche no es un objeto personal como un cepillo de dientes o una máquina de afeitar. Un coche pueden conducirlo varias personas (no simultáneamente) y no digamos viajar en él. Un coche está concebido para trasladar a cinco personas, sin embargo la mayoría de los desplazamientos se hacen con una sola persona (el uso medio es de 1,3 personas por coche) algo aberrante. Utilizar una máquina que puede trasladar a cinco personas y hace un gasto energético suficiente para desplazar 1.000-1.500 kg que pesa cualquier coche para el transporte de una sola persona es aberrante.
            Paralelamente a ese desmesurado aumento del parque móvil, el tráfico en las ciudades ha ido perdiendo fluidez hasta congestionarse. Los atascos son cotidianos, el acceso a las grandes ciudades ha requerido costosas obras para desdoblar carriles y aumentar la capacidad. La polución aumenta día a día. Las posibilidades de aparcar en las ciudades se acercan a 0, a pesar de haberse establecido sistemas de pago en las calles. ¿Cuántos más coches quieren fabricar y vendernos? Cómo ya tiene coche todo el mundo para seguir vendiendo tienen que hacernos cambiar de coche cuanto antes. Sería interesante averiguar cual es la vida media de un turismo, cuánto se ha acortado la vida de un coche. Y cuántos coches en buen estado de uso se achatarran (incluso con subvenciones públicas) para que su propietario compre otro y la industria automovilística siga fabricando y obteniendo beneficios. Achatarrar un coche no sale gratis. Me refiero desde un punto de vista medioambiental. Es una buena contribución individual a la “huella ecológica”. Una persona que conduzca durante 50 años si cambia de coche cada 10 años habrá achatarrado 5 coches pero si cambia cada 6 llevará a la chatarra 8.
            Creo sinceramente que deberíamos decirles a los constructores de coches: ya basta de producir y de inducir una demanda artificial. Creo que todos deberíamos estirar un añito más la vida prevista para nuestro coche. E incluso, pensar seriamente en retirarlo sin sustituirlo por otro. Aunque parezca imposible, se puede vivir sin coche propio.



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