miércoles, 22 de agosto de 2012

Navarra siempre p’adelante

            La semana pasada arrancó en Pamplona la Vuelta Ciclista a España. Prueba deportiva, espectáculo de masas y sobre todo negocio privado. Los ciclistas son deportistas profesionales a los que les pagan sus equipos. Los equipos, más que clubes deportivos son agrupaciones patrocinadas por marcas comerciales. La Vuelta Ciclista la organiza una empresa privada, Unipublic. No se si la organización cobra a los participantes, hace invitaciones a unos equipos y deja fuera a otros o paga para incluir a las figuras internacionales y a los equipos más fuertes.

            El ciclismo en ruta es un deporte singular. No se puede competir en un estadio o en un pabellón, ni cobrar entrada al público que se cita en las carreteras para ver durante unos segundos el paso de los ciclistas. Ni la organización, ni los equipos pueden tener un circuito en el que correr, tienen que hacerlo por las carreteras y por las calles de las ciudades. Esto supone cortar el tráfico, privatizar el uso de unas vías públicas durante unos días. Y lo aceptamos, es una vez al año, a la gente le gusta el espectáculo… Decía que la organización no tiene unas instalaciones propias para la práctica del ciclismo que mantener. Diseña un trazado, coloca la salida, la meta, el podio… los coches de los equipos, los mecánicos, el avituallamiento… corren por cuenta de los equipos y de los cortes de tráfico se ocupan la Guardia Civil, policías municipales… Vamos que la organización no debe ser demasiado costosa y en cualquier caso el coste debería cobrárselo a los participantes y/o a las televisiones en concepto de derechos de imagen. No es así.

            El Gobierno de Navarra ha pagado un millón de euros a Unipublic para que la Vuelta Ciclista arrancara de Pamplona (una contrarreloj por equipos por las inmediaciones de la ciudad) y al día siguiente Pamplona-Viana. Me parece bien que se celebre la Vuelta, que nos corten el tráfico, que usen las vías públicas para un negocio privado, pero que encima tengamos que pagar porque lo hagan cerca de nuestras casas… Vamos que si Unipublic no quiere salir de Pamplona tendrá que salir de Logroño, de Zaragoza o de Cuenca pongo por casos; y si no, no habrá Vuelta.

            Nadie debería pagar para que la Vuelta pase por su ciudad o provincia. Tengo entendido que Pontevedra ha pagado 80.000 euros para que la Vuelta pase por esa ciudad. Me parece mal. Pero el Gobierno de Navarra se ha estirado hasta los 990.000 euros. Como se suele decir, las cifras hablan por sí solas.

            Al día siguiente de que la Vuelta abandonara nuestras carreteras el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona hicieron público una valoración, basada en los datos facilitados por Unipublic, del “retorno económico” que ha supuesto el paso de la Vuelta por Navarra: 6.370.000 euros, 4.600.000 por la repercusión mediática y 1.773.000 como retorno económico directo. Nos tratan como estúpidos y encima quieren que sonriamos. Que nuestras calles y carreteras hayan salido por la tele con motivo de la Vuelta dicen que vale 4.6 millones de euros. Esto, sin duda, es lo más sangrante. Pero no olvidemos “el retorno económico directo” que incluye desde el supuesto gasto que el público de Pamplona haya hecho en los bares de lo Viejo durante el sábado (día en que la Vuelta pasó por la calle Estafeta) y que a decir de algunos hosteleros fue menos que cualquier otro sábado; hasta los 80.000 euros en combustible que gastaron los coches de la caravana ciclista que se supone repostarían en gasolineras navarras y que vía impuestos repercutirán en la Hacienda Foral, pasando por la ocupación hotelera que hacen los propios ciclistas y personal de los equipos. ¡Cómo si el ciudadano de a pie, que es quien paga ese millón de euros, tuviera algún interés en que se llenen los establecimientos de tal o cual cadena hotelera que probablemente tiene su sede en Madrid y en consecuencia ni siquiera tributa aquí!

            Todo esto no parecería tan grave si no fuera por la crisis que estamos atravesando. Si no fuera por los 50.000 desempleados y si no fuera porque el Departamento de Bienestar Social que incluye Deporte y Juventud se cargó hace unos meses la Renta Básica dejando sin ingreso alguno  a más de 2.000 familias. Navarra siempre p’adelante.

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