miércoles, 4 de enero de 2012

MULTA POR NO TENER CASA

La Guardia Urbana de Barcelona se dedica a denunciar a los indigentes que duermen en la calle. Esta ruindad se ha hecho pública después de que la Síndica de Barcelona (la defensora del ciudadano) haya tenido conocimiento del caso de un indigente que acumula más de cien denuncias.
En la propia crónica televisiva que daba cuenta de la noticia, y tras aparecer la Síndica de Barcelona, una portavoz municipal ha tenido acceso a las cámaras y los micrófonos para desmarcarse de la actuación de la Guardia Urbana y manifestar que el ayuntamiento prefiere dedicar recursos a los servicios sociales para que puedan atender a estas personas.
Sin embargo me cuesta creer que la Guardia Urbana sancione (en realidad denuncie, porque la competencia para sancionar corresponde a Alcaldía) por su cuenta y riesgo cualquier suceso. Lo cierto es que para que la Guardia Urbana denuncie un hecho, éste tiene que estar recogido en una norma como infracción y contemplar una sanción. Esa norma, probablemente, sea una ordenanza municipal aprobada por el pleno municipal. Es posible que dicha ordenanza venga de una legislatura anterior e incluso que fuera impulsada por una Junta de Gobierno Local o un Alcalde distinto del actual, pero sin duda los actuales gobernantes municipales conocen de su existencia, puesto que, como ya he señalado, las sanciones las impone Alcaldía.
En fin, mucho me temo que esta es la realidad de la moderna y cosmopolita Barcelona. Una ciudad en la que, al menos desde los preparativos para las Olimpiadas de 1992, las calles y plazas, el esplendor y pulcritud de las mismas; son más importantes que las personas, al menos que aquellas que no pueden pagarse un techo.








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