martes, 31 de enero de 2012

RAJOY QUIERE SU HUELGA (Soliloquio de un presidente)

            La tuvo Felipe González, la tuvo José Mari (Aznar), la ha tenido Zapatero, yo también la quiero. Ningún presidente de gobierno que se precie debiera eludir una huelga general. Y una huelga general es síntoma de que haces lo que tienes que hacer. Y lo que tienes que hacer es favorecer la tasa de ganancia de las empresas. El empresariado es nuestra clase amiga. Para nosotros, de toda la vida, para otros aquella a la que aspiran a integrarse, lo cual es admisible, hasta cierto punto. Para justificarlo hablamos de movilidad y permeabilidad de las clases sociales. Para justificar el aumento de la tasa de ganancia decimos que primero hay que crear riqueza para luego poder repartirla. También decimos que todos estamos en el mismo barco y llamamos emprendedor al empresario. La gente ya se lo ha tragado. Por eso ganamos las elecciones como las ganamos. Algún resabiado dijo que no hay nada más tonto que un obrero de derechas. Qué más nos da tonto que listo. Gato negro, gato blanco lo importante es que cace ratones. Obrero listo o tonto lo que importa es que nos vote. Ahora viene la reforma laboral. La sacaré adelante, una huelga no para una reforma, más aún la revaloriza. Sobre todo si es un fracaso de huelga. Los jóvenes no van a parar. Unos por miedo a que los despidan y otros les hemos convencido de que no es justo que los viejos tengan seguridad en el empleo y ellos no. Lo justo es que todos sean iguales, ¡vaya idea izquierdista que me ha pasado por la cabeza! Los igualaremos pero por abajo: todos precarios, nada de obreros blindados. Es duro ser presidente, pero yo no eludo responsabilidades. Es el precio por pasar a la historia. Felipe González nos metió en la CEE (y en la OTAN). José Mari (Aznar) en la guerra de Irak, pero también hizo el “milagro español”, Zapatero no vio la crisis y sí “brotes verdes”. Yo… seré el presidente del cambio, de la modernización de España. El mercado laboral será flexible, la contratación ágil, y el trabajador… el trabajador dócil. Ya estoy viendo los titulares de prensa el día después de la huelga. “Fracaso estrepitoso”, “huelga no, reforma sí”. Espero que convoque esa huelga, es mi pasaje para la posteridad.

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