miércoles, 27 de junio de 2012

INFORMACIÓN Y ECONOMÍA

            Hay personas que no saben qué es el pudor, ni les importa. Les cuento. Anoche, haciendo zapping me detengo en 13 TV: En lo que va de años los ingresos por IVA han caído un 8% y los del IS un 10%, el déficit público ha aumentado un treinta y tantos por ciento y ya estamos en el 3,41% cuando la previsión era un 3,5% para todo el año, anuncia el presentador del programa. Y apostilla con asombro impostado: los gastos de personal no dejan de subir. Y lee sobre los papeles: un uno coma… Perdonen, pero no recuerdo el decimal. A continuación da paso al “experto” un profesor de no recuerdo (ni me importa) qué instituto universitario privado, de esos que crecen como champiñones, y responsable de economía de un periódico digital, creo (ya ven que hoy la identificación de los personajes y su entorno es un poco deficiente). El susodicho talibán del ultraliberalismo arranca con fuerza y da la clave, “su” clave: es que la austeridad pregonada no es tal, no hay austeridad por ninguna parte.
            Que en medio año, prácticamente se haya alcanzado el déficit público previsto para todo el año es lamentable. Pero decir que no hay austeridad porque el gasto de personal sube un 1%, cuando la recaudación por IVA y por IS (ingresos) ha caído un 8 y un 10% respectivamente, cuando el déficit no es otra cosa que la diferencia entre ingresos y gastos es un auténtico embuste.
            ¿No se le habrá ocurrido a este economista pensar por qué caen los ingresos (tributarios)? ¿No se le habrá ocurrido pensar por qué baja la recaudación por IVA, a pesar de que se subió el tipo hace un par de años? ¿No se habrá dado cuenta de que este impuesto tiene una relación directa con el consumo y a menos renta disponible (por salarios, debido a más desempleo o a descuelgues de convenios o a bajadas salariales al funcionariado) menos consumo? En cuanto al IS, cuyo tipo REAL, es realmente bajo debido a las innumerables deducciones y bonificaciones, el problema no es el tipo sino la falta de actividad por falta de demanda, y aquí volvemos al mismo problema del IVA, no se demandan productos ni servicios porque los consumidores y usuarios somos básicamente trabajadores a los que se nos ha bajado el salario o despedido y no tenemos capacidad económica. Y desde luego, esta parálisis económica y este descontrol del déficit no se resuelven con austeridad (austeridad, tal y como la entienden los liberales, es decir bajadas salariales y reducción de personal en las administraciones públicas).

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